'El tiempo se vuelve
sigiloso cuando se le reclama por los vestigios que deja a su paso.'
Y aquí me encuentro, otra vez, tecleando palabras tal y como
emergen de lo más profundo de mis pensamientos. Parece que nada haya cambiado,
¿verdad? El teclado de siempre, la silla
de siempre, la melodía de siempre. Por tan sólo unos pocos minutos, todo vuelve
a estar en su sitio. Por un momento, el recipiente vacío se colma de la cálida
sensación que le produce pensar que el tiempo se ha congelado.
'Cuatro cosas hay
que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo
pasado y una ocasión desaprovechada.'
Lamentablemente, algo que se escapa de mi compresión y, en
cierta forma, de la propia existencia, es el tan ansiado tiempo. “De mayor
quiero ser un niño.” ¿Acaso no sería lo ideal mantener siempre la inocencia, la ilusión y la buena fe? Por desgracia, nos persigue el tic tac de las agujas del reloj que avanzan sin esperar a
nadie, no tienen ningún tipo de compasión. Entre la espada y la pared, ¿caminar sin rumbo hacia un futuro
incierto o recordar una bonita época pasada? La decisión, como no podía ser de
otra forma, depende de cada uno de nosotros. El paso del tiempo es sinónimo de
cambios, en todo lo que nos rodea. Desde el carácter o la apariencia de
nuestros semejantes más cercanos, hasta la interfaz de tu aplicación de móvil
favorita. He observado con mis propios ojos la mella que deja el paso del tiempo en el ser humano. He visto el efecto en las personas que más han marcado en mi vida, para bien o para mal, ya no son los mismos. ¿Y yo? ¿Me habrá afectado a mí también? Ah, recuerdo como si fuera ayer aquellas tardes de invierno que pasábamos jugando y riendo juntos, podríamos haber llegado donde hubiéramos querido. Quizá no lo percibas, sólo espero haberte aportado ese pequeño granito de arroz
y que lo retengas con todas tus fuerzas durante mucho tiempo.
¿Es el tiempo, o son las personas? No tengo respuesta.
Supongo, que al final, puede reducirse al renovarse
o morir. Aunque cabe la diminuta posibilidad de que el tiempo haga su
trabajo y, como suelen decir, coloque todo donde debe estar. Personas que
vienen y se vuelven a ir, momentos felices y tristes, trenes cogidos y
perdidos, direcciones equivocadas. No se puede dar marcha atrás. No dejes pasar
el tiempo, ni dejes que él te pase a ti. Haz lo que quieras hacer, cuando lo
tengas que hacer, y no te arrepientas. Busca tu felicidad y hállala. Después de todo, no podrás deshacer lo hecho.
'La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y
magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el
pasado.'
Qué bonito sería escoger el momento más feliz que ha podido
experimentar y detenerlo. ¿Por qué avanzar, si no necesita nada más? ¿Por qué
no detener el reloj hasta el fin de los días y disfrutar de la tan ansiada
felicidad? Tal vez, porque la verdadera felicidad se encuentre en aquellas
acciones fugaces, en lo efímero y volátil.
V.
Crisálida
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