martes, 31 de diciembre de 2013

Reset.

'En vísperas de un nuevo año sería muy grato decirles que todo será fácil; desgraciadamente no es así.'

Se cierra un episodio, se inicia otro. Cambiamos de año, cambiamos de etapa. Algunos propósitos se quedan, otros, cumplidos o no, desaparecen y dejan paso a nuevas metas. Cumplirlas en 365 días parece un reto fácil de superar.


2013 no ha supuesto grandes cambios en mi vida. Aquí estoy, frente al ordenador de mi cuarto, relatando los hechos que más han hecho mella. La primera mitad del año ha sido bestial, con todas las letras. Como digo siempre, los sábados eran un día remarcado en mi calendario. Lo mejor de toda esa primeran mitad fue Carnaval, sin duda alguna. La foto que nos hicimos, junto con todos los recuerdos, quedará guardado para siempre. Pero... algo falló cuando lo que parecía una pequeña familia, símbolo de unidad, compañerismo, de felicidad, comenzó a desmoronarse sin poder hacer nada. Aun a finales de 2013 sigo intentando reconstruirlo otra vez, pero parece que mis esfuerzos son en vano. Personas que se van, personas que vienen. Algunos a los que veía cada semana llevan meses sin dar señales de vida, y personas con las que apenas me llevaba ahora las veo casi cada semana. Me gustaría cambiarlo, pero no está en mi poder.


¿Qué puedo remarcar de este año? No gran cosa. Tenía las expectativas muy altas: ‘los 16 van a ser bestiales’. Me equivoco muy a menudo. Los eventos de la cultura japonesa se llevan la palma: Japan Wneekend y salón del manga -de este último, me encantó más el de 2012, pero no me quejo, pude desvirtualizar y pasar unas horas con Angy-. En verano conocí en persona a Jara, aunque, por mala organización del tiempo, sólo pude estar una hora escasa con ella. Con los BTW, como ya he dicho, la primera mitad del año fue genial: carnaval, Harlem Shake y All Star Barnatwitteros, después de esa tarde me llevé una pelota firmada por la gran mayoría de ellos. Es otro de mis pequeños tesoros. Y el año se cerró con un enorme concierto de Imagine Dragons -y quiero dar las gracias a Martí, Pol y Pawla en especial por hacerlo mucho más llevadero-.


Toda acción tiene una reacción igual y opuesta.’ Mis acciones han sido toda la toma de decisiones… más malas que buenas. Si no hubiese actuado como actué en ciertas situaciones, seguramente ahora estaría escribiendo una reflexión distinta. Cuando lo más fácil es estancarse en los errores y vivir bajo la esclavitud de la autocompasión, es el momento de aprender de los fallos. Me arrepiento de un número bastante elevado de decisiones, pero no servirá de nada estancarse ahora.


Ojalá este 2014 traiga consigo buenas nuevas. 2013 no ha sido en absoluto mi año. ¿Hacer un listado de cosas pendientes? Nunca llegaría a cumplirlo, me rendiría o me cansaría de ello enseguida. Este 2014 lo quiero dedicar a aquello que verdaderamente me gusta y me hace feliz. No, ni yo mismo sé lo que haré todavía. Pero tengo claro que seguiré relatando mis pequeñas ideas, pensamientos y experiencias en este pequeño rincón.

'¡Ah! Ser como un niño el día de Año Nuevo.' 


(¿¡Tan difícil es llegar a ser feliz!?)


V.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Shake up the hapiness.

Amanece en todo el mundo. Miles de niños corren ansiosos a abrir sus regalos. La noche anterior les costó mucho dormirse, estaban demasiado nerviosos por lo que les esperaba al despertarse. Algunos destripan el papel sin miramientos, otros los abren con más cuidado. Sus ojos se iluminan y sus caras se llenan de felicidad al darse cuenta que tienen en sus manos aquello que le habían pedido a Papá Noel.

Desde muy pequeñito me ha gustado la Navidad. Recuerdo estar cenando en casa de mi abuela y correr de un cuarto a otro intentando atrapar a Papá Noel dejando los regalos encima de la cama... pero nunca lo conseguí. Por las noches me costaba quedarme dormido, pero si no lo hacía no tendría mis regalos. Valía la pena despertarse muy pronto al día siguiente y ver la chimenea llena de paquetes. 

Y la comida... deliciosos banquetes a todas horas durantes tres días. Embutidos del pueblo, carne, marisco, frutos secos, turrones, bombones, mazapanes... Diría que es mi época favorita del año sólo por todo lo que puedo llegar a comer.

Estas son fechas para ser felices de verdad, para disfrutarlas con todas las personas que queremos. Es época de compartir lo que más nos gusta, de dar una cálida recibida a quienes nos vienen a visitar, de deshacernos de todos los prejuicios y rencores que nos rodean y de los que estamos a rebosar y ayudar al que nos lo pide o al que más lo necesita. El verdadero espíritu de la Navidad consiste en compartir todo lo que tenemos. Consiste en esos pequeños detalles que pueden alegrarle el día a una persona: un saludo, una sonrisa, un abrazo, un '¿Qué tal estás?'... En las sorpresas; en los regalos, materiales o no, más inesperados y de quien menos te lo podrías esperar.  

Desearía que este espíritu se extendiese en todas las personas los 365 días del año, pero pedir algo así sería pedir una utopía imposible. 
 
V.

PD: A todos no nos llega esta fecha de la misma forma, y daríamos lo que fuese por pasarla con algunas personas más. Lamentablemente, la vida sigue su curso y nunca llueve a gusto de todos... Así como para aquellas familias que lo podrían pasar bastante mejor si no fuese por todos los problemas económicos que envuelven nuestra sociedad. A todas aquellas personas, ánimo.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

En la cima del mundo.

Casi siete meses esperando a que llegase el día. Estaba realmente nervioso. ¿Cómo iría todo? Era mi primer concierto.
 

Decidí levantarme pronto por la mañana, quería hacer cola para estar lo más cerca posible del escenario durante la actuación. Había quedado con Martí a las once de la mañana en plaza España, pero, justo cuando me subí en el tren, sonó el móvil. ¿Le habría pasado algo? Era él, me dijo que no podría venir a hacer cola por un problemilla que tuvo. Los nervios empezaron a comerme. ¿Qué haría? No me hacía a la idea de hacer la cola solo. En realidad, no me gusta ir solo a los lugares. La gente me mira y puede pensar cosas que no son.

Cuando llegué a Sants me llamó Paula. Me acompañaría a hacer cola aunque no fuese al concierto. Subimos hasta Montjuic y luego a Palau Sant Jordi. Nos sorprendimos cuando encontramos que había dos colas. Pensando que una sería para pista y otra para grada, fuimos a donde más gente había. Nos pasamos la mañana jugando al UNO hasta que llegó Martí. Estuvimos solo nosotros tres echándonos una risas, fue un rato muy divertido. Bien entrada la tarde, llegaron Pol, Jav, Ciervo y la tropa. Se hizo oscuro muy pronto, empezaba a hacer bastante fresco. Barcelona vista desde ahí arriba es escalofriantemente bonita.
 

Pensaba que abrirían puertas sobre las 7 y media, puesto que Dan Croll empezaba su actuación como telonero a las 8. No nos lo esperábamos, y una gran masa de fans locas se nos abalanzó. Empezamos a correr como nunca, pasillos, por la escalera, por toda la pista... Pero cuando llegamos ya habían formado unas 10 filas. Me dio mucha rabia haber estado casi todo el día para acabar en esa situación. Pero no podía remediarlo, ahora sólo quedaba disfrutar del concierto. Una hora en pie, y, finalmente, las luces del estadio se apagaron. Dan Croll salió al escenario. La actuación de este hombre fue una risa, sobretodo por su bajista multiorgásmico con sus movimientos de cabeza y el teclista multitarea. 'Wanna see Imagine Dragons?' Preguntó. Todo el estadio gritó que sí. Bajaron del escenario y tuvimos otros 10 minutos de espera. Ahora sí, lo que estaba esperando llegaba.
 

Se apagaron las luces de fondo otra vez, el escenario se llenó de humo y una luz le dio un tono azul. Detrás de este, las siluetas de los integrantes del grupo se dejaban ver. Entonces, la intro. '¡Chicos, ya salen!' Estaba realmente emocionado. Todo el estadio gritando, la noche empezó con Round and Round. No estaba muy seguro de saberme demasiado bien la letra, pero me dejé los pulmones en el intento. Good night, Barcelona! Dan Reynolds es verdaderamente carismático, nos tuvo ganados desde la primera palabra.
 

En el estribillo de Amsterdam, algo me recorrió de arriba abajo. ¿Sabéis ese tipo de canciones que las escuchas para que te den fuerza? Pues esa noche se convirtió en una de ellas. Tiptoe, Cha-Ching, Rocks... Todas las canciones eran geniales. Pero hubo un momento por encima de todos, Demons. Se formó un silencio expectante en todo el palacio, y de repente sonó la melodía de la canción. Levantamos los móviles para grabar, quería tener guardado este momento para el resto de mis días. No exagero si digo que es de lo más bonito que me ha pasado hasta la fecha. Me sentí feliz.
 

El concierto llegaba al final, 'Uoooooh...' Cerraron con Radioactive. En ese momento, Pol nos juntó a todos mientras gritábamos: RADIOACTIVE, RADIOACTIVE! Al acabar la letra, Dan cogió las baquetas y cerraron con una instrumental impresionante. Bajaron del escenario, y entonces... 'I'm bleeding out, if the last thing that I do...' Todos los fans la queríamos en el bis. Pero acabaron con Nothing Left To Say. Salí con ganas de volver a estar dentro.
 

Era mi primer concierto, pero no esperaba disfrutarlo tanto. Ya tengo ganas de ir a otro. De tener los nervios previos a entrar, de correr para estar lo más cerca del escenario, de cantar las canciones a pleno pulmón y disfrutar como un crío. Quiero volver a ser feliz y olvidarme de todo por unas horas.
 

V.