martes, 31 de diciembre de 2013

Reset.

'En vísperas de un nuevo año sería muy grato decirles que todo será fácil; desgraciadamente no es así.'

Se cierra un episodio, se inicia otro. Cambiamos de año, cambiamos de etapa. Algunos propósitos se quedan, otros, cumplidos o no, desaparecen y dejan paso a nuevas metas. Cumplirlas en 365 días parece un reto fácil de superar.


2013 no ha supuesto grandes cambios en mi vida. Aquí estoy, frente al ordenador de mi cuarto, relatando los hechos que más han hecho mella. La primera mitad del año ha sido bestial, con todas las letras. Como digo siempre, los sábados eran un día remarcado en mi calendario. Lo mejor de toda esa primeran mitad fue Carnaval, sin duda alguna. La foto que nos hicimos, junto con todos los recuerdos, quedará guardado para siempre. Pero... algo falló cuando lo que parecía una pequeña familia, símbolo de unidad, compañerismo, de felicidad, comenzó a desmoronarse sin poder hacer nada. Aun a finales de 2013 sigo intentando reconstruirlo otra vez, pero parece que mis esfuerzos son en vano. Personas que se van, personas que vienen. Algunos a los que veía cada semana llevan meses sin dar señales de vida, y personas con las que apenas me llevaba ahora las veo casi cada semana. Me gustaría cambiarlo, pero no está en mi poder.


¿Qué puedo remarcar de este año? No gran cosa. Tenía las expectativas muy altas: ‘los 16 van a ser bestiales’. Me equivoco muy a menudo. Los eventos de la cultura japonesa se llevan la palma: Japan Wneekend y salón del manga -de este último, me encantó más el de 2012, pero no me quejo, pude desvirtualizar y pasar unas horas con Angy-. En verano conocí en persona a Jara, aunque, por mala organización del tiempo, sólo pude estar una hora escasa con ella. Con los BTW, como ya he dicho, la primera mitad del año fue genial: carnaval, Harlem Shake y All Star Barnatwitteros, después de esa tarde me llevé una pelota firmada por la gran mayoría de ellos. Es otro de mis pequeños tesoros. Y el año se cerró con un enorme concierto de Imagine Dragons -y quiero dar las gracias a Martí, Pol y Pawla en especial por hacerlo mucho más llevadero-.


Toda acción tiene una reacción igual y opuesta.’ Mis acciones han sido toda la toma de decisiones… más malas que buenas. Si no hubiese actuado como actué en ciertas situaciones, seguramente ahora estaría escribiendo una reflexión distinta. Cuando lo más fácil es estancarse en los errores y vivir bajo la esclavitud de la autocompasión, es el momento de aprender de los fallos. Me arrepiento de un número bastante elevado de decisiones, pero no servirá de nada estancarse ahora.


Ojalá este 2014 traiga consigo buenas nuevas. 2013 no ha sido en absoluto mi año. ¿Hacer un listado de cosas pendientes? Nunca llegaría a cumplirlo, me rendiría o me cansaría de ello enseguida. Este 2014 lo quiero dedicar a aquello que verdaderamente me gusta y me hace feliz. No, ni yo mismo sé lo que haré todavía. Pero tengo claro que seguiré relatando mis pequeñas ideas, pensamientos y experiencias en este pequeño rincón.

'¡Ah! Ser como un niño el día de Año Nuevo.' 


(¿¡Tan difícil es llegar a ser feliz!?)


V.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Shake up the hapiness.

Amanece en todo el mundo. Miles de niños corren ansiosos a abrir sus regalos. La noche anterior les costó mucho dormirse, estaban demasiado nerviosos por lo que les esperaba al despertarse. Algunos destripan el papel sin miramientos, otros los abren con más cuidado. Sus ojos se iluminan y sus caras se llenan de felicidad al darse cuenta que tienen en sus manos aquello que le habían pedido a Papá Noel.

Desde muy pequeñito me ha gustado la Navidad. Recuerdo estar cenando en casa de mi abuela y correr de un cuarto a otro intentando atrapar a Papá Noel dejando los regalos encima de la cama... pero nunca lo conseguí. Por las noches me costaba quedarme dormido, pero si no lo hacía no tendría mis regalos. Valía la pena despertarse muy pronto al día siguiente y ver la chimenea llena de paquetes. 

Y la comida... deliciosos banquetes a todas horas durantes tres días. Embutidos del pueblo, carne, marisco, frutos secos, turrones, bombones, mazapanes... Diría que es mi época favorita del año sólo por todo lo que puedo llegar a comer.

Estas son fechas para ser felices de verdad, para disfrutarlas con todas las personas que queremos. Es época de compartir lo que más nos gusta, de dar una cálida recibida a quienes nos vienen a visitar, de deshacernos de todos los prejuicios y rencores que nos rodean y de los que estamos a rebosar y ayudar al que nos lo pide o al que más lo necesita. El verdadero espíritu de la Navidad consiste en compartir todo lo que tenemos. Consiste en esos pequeños detalles que pueden alegrarle el día a una persona: un saludo, una sonrisa, un abrazo, un '¿Qué tal estás?'... En las sorpresas; en los regalos, materiales o no, más inesperados y de quien menos te lo podrías esperar.  

Desearía que este espíritu se extendiese en todas las personas los 365 días del año, pero pedir algo así sería pedir una utopía imposible. 
 
V.

PD: A todos no nos llega esta fecha de la misma forma, y daríamos lo que fuese por pasarla con algunas personas más. Lamentablemente, la vida sigue su curso y nunca llueve a gusto de todos... Así como para aquellas familias que lo podrían pasar bastante mejor si no fuese por todos los problemas económicos que envuelven nuestra sociedad. A todas aquellas personas, ánimo.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

En la cima del mundo.

Casi siete meses esperando a que llegase el día. Estaba realmente nervioso. ¿Cómo iría todo? Era mi primer concierto.
 

Decidí levantarme pronto por la mañana, quería hacer cola para estar lo más cerca posible del escenario durante la actuación. Había quedado con Martí a las once de la mañana en plaza España, pero, justo cuando me subí en el tren, sonó el móvil. ¿Le habría pasado algo? Era él, me dijo que no podría venir a hacer cola por un problemilla que tuvo. Los nervios empezaron a comerme. ¿Qué haría? No me hacía a la idea de hacer la cola solo. En realidad, no me gusta ir solo a los lugares. La gente me mira y puede pensar cosas que no son.

Cuando llegué a Sants me llamó Paula. Me acompañaría a hacer cola aunque no fuese al concierto. Subimos hasta Montjuic y luego a Palau Sant Jordi. Nos sorprendimos cuando encontramos que había dos colas. Pensando que una sería para pista y otra para grada, fuimos a donde más gente había. Nos pasamos la mañana jugando al UNO hasta que llegó Martí. Estuvimos solo nosotros tres echándonos una risas, fue un rato muy divertido. Bien entrada la tarde, llegaron Pol, Jav, Ciervo y la tropa. Se hizo oscuro muy pronto, empezaba a hacer bastante fresco. Barcelona vista desde ahí arriba es escalofriantemente bonita.
 

Pensaba que abrirían puertas sobre las 7 y media, puesto que Dan Croll empezaba su actuación como telonero a las 8. No nos lo esperábamos, y una gran masa de fans locas se nos abalanzó. Empezamos a correr como nunca, pasillos, por la escalera, por toda la pista... Pero cuando llegamos ya habían formado unas 10 filas. Me dio mucha rabia haber estado casi todo el día para acabar en esa situación. Pero no podía remediarlo, ahora sólo quedaba disfrutar del concierto. Una hora en pie, y, finalmente, las luces del estadio se apagaron. Dan Croll salió al escenario. La actuación de este hombre fue una risa, sobretodo por su bajista multiorgásmico con sus movimientos de cabeza y el teclista multitarea. 'Wanna see Imagine Dragons?' Preguntó. Todo el estadio gritó que sí. Bajaron del escenario y tuvimos otros 10 minutos de espera. Ahora sí, lo que estaba esperando llegaba.
 

Se apagaron las luces de fondo otra vez, el escenario se llenó de humo y una luz le dio un tono azul. Detrás de este, las siluetas de los integrantes del grupo se dejaban ver. Entonces, la intro. '¡Chicos, ya salen!' Estaba realmente emocionado. Todo el estadio gritando, la noche empezó con Round and Round. No estaba muy seguro de saberme demasiado bien la letra, pero me dejé los pulmones en el intento. Good night, Barcelona! Dan Reynolds es verdaderamente carismático, nos tuvo ganados desde la primera palabra.
 

En el estribillo de Amsterdam, algo me recorrió de arriba abajo. ¿Sabéis ese tipo de canciones que las escuchas para que te den fuerza? Pues esa noche se convirtió en una de ellas. Tiptoe, Cha-Ching, Rocks... Todas las canciones eran geniales. Pero hubo un momento por encima de todos, Demons. Se formó un silencio expectante en todo el palacio, y de repente sonó la melodía de la canción. Levantamos los móviles para grabar, quería tener guardado este momento para el resto de mis días. No exagero si digo que es de lo más bonito que me ha pasado hasta la fecha. Me sentí feliz.
 

El concierto llegaba al final, 'Uoooooh...' Cerraron con Radioactive. En ese momento, Pol nos juntó a todos mientras gritábamos: RADIOACTIVE, RADIOACTIVE! Al acabar la letra, Dan cogió las baquetas y cerraron con una instrumental impresionante. Bajaron del escenario, y entonces... 'I'm bleeding out, if the last thing that I do...' Todos los fans la queríamos en el bis. Pero acabaron con Nothing Left To Say. Salí con ganas de volver a estar dentro.
 

Era mi primer concierto, pero no esperaba disfrutarlo tanto. Ya tengo ganas de ir a otro. De tener los nervios previos a entrar, de correr para estar lo más cerca del escenario, de cantar las canciones a pleno pulmón y disfrutar como un crío. Quiero volver a ser feliz y olvidarme de todo por unas horas.
 

V.

sábado, 26 de octubre de 2013

Road to BCN.

'¿Ya es Sábado? Menos mal, por fin voy a poder verles después de toda la semana, se me estaba haciendo eterna la espera. ¿Qué tal irá la tarde hoy? Bueno, son casi las tres, mejor que empiece a vestirme. Pantalones, bambas, camiseta... ¿Hace frío? Gorro, guantes y sudadera. iPod cargado, los cascos, y que no se me olvide la T10. 'Mama, nos vemos por la noche, ¡hasta luego!

Espero el tren con muchas, muchísimas ganas, ¿por qué no llega? Mientras, la música fluye por mis oídos, tengo el reproductor en aleatorio. Entro en el tren y busco un asiento al lado de la ventana, para poder disfrutar del paisaje del trayecto. Durante todo el camino, empiezo a reflexionar sobre quién irá hoy y si me lo pasaré tan bien como la semana anterior. En mi interior nace un deseo de poder pasar más tiempo con ellos 'ojalá poder verlos y disfrutar de los buenos ratos día sí, día también.'

Próxima parada: Sants. Esta es la mía. Por algún motivo, conforme se acerca la hora, los nervios y la inseguridad van creciendo poco a poco. Camino a lo largo de toda la estación, cruzando los pasillos subterráneos de metro. Nunca entenderé por qué hay gente a la que no le gusta el metro. ¿Conocéis la sensación de cruzar tu mirada con alguien por unos instantes y saber que jamás lo volverás a ver? Pensad en ella y repetidla cientos de veces durante unos cinco o diez minutos. La multitud de posibilidades que surgen y desaparecen en unas décimas de segundo es abrumadora. 

Llego a la parada a la misma vez que el metro y me subo a toda prisa, con suerte todavía queda algún asiento libre. Saco el iPod del bolsillo y pongo en reproducción una de mis canciones favoritas. Siempre que necesito fuerzas para afrontar alguna situación próxima me sirve de ayuda. Tras cinco paradas, llego a Catalunya, camino por el pasillo y subo las escaleras. La luz del Sol me ciega, y algo despistado, ojeo toda la calle... hasta que los veo. ¡Chicos, he llegado! Saludos, abrazos y risas por todas partes. Empieza una de las mejores tardes de mi vida.'

Así, una semana tras otra, el 10 de Septiembre se cumplió un año desde que fui a mi primera quedada twittera. Me va a ser difícil olvidar ese día, pues mi vida de adolescente dio un giro bastante inesperado. ¿Quién iba a pensar que yo, un chico muy solitario y casi sin amigos, acabaría yendo cada sábado a la capital de la provincia para quedar con un cierto número de personas conocidas a través de la red? 

Parece una locura. Y, de algún modo u otro, fue una locura. Todavía recuerdo ese día y lo bien que me lo pasé. Aunque a la primera, al ser nuevo en el grupo, fui acompañado. Allí me presentaron a la pandilla, ¡podrían ser alrededor de 50 personas! Me quedé asombrado. Tantos usuarios de Twitter cercanos a mí y yo sin saber nada de ellos... Me presenté uno por uno con muchas ganas, y entablé conversación con un pequeño grupo. Al volver a casa, me dediqué a buscarlos uno por uno. No había terminado el día y ya tenía ganas de volver otra vez. Si algo podía pensar entonces es que 'esa era mi gente', había estado esperando años para dar con algo así, y por fin lo había encontrado.

Lo único que quiero es que se repitan más tardes como aquella. Tengo claro que, si algún día a lo largo de mi vida decido redactar las pocas vivencias que tendré, Twitter y las quedadas formarán un gran capítulo en ellas.

V.

martes, 20 de agosto de 2013

Verano, verano, verano.

Más que un texto literario, esto servirá para desahogarme y aprovechar las horas muertas.

¿Dónde está mi verano? Todavía no ha venido. Aquí sólo tengo la misma rutina de siempre y calor, mucho calor.

Desde el momento en que empiezan las clases, desde el momento en que te sientas en ese pupitre viejo lleno de pintadas, desde el momento en que tus compañeros empiezan a hacer las mismas tonterías y bromas de siempre, tienes ganas de que pasen nueve meses y vuelva a ser verano. Y eso, ¿por qué? A mí el verano no me gusta.

Sí, has leído bien, el verano no me gusta. Y te preguntarás por qué hago una afirmación tan extraña si, para un estudiante como yo, tener tres meses de vacaciones debe de ser lo mejor... ¿O no? Tres meses. A inicios de este, puede parecer un período excesivamente largo de tiempo. Tienes mil planes en la cabeza: salir a correr para ponerte en forma, empezar una nueva dieta, aprender a cocinar nuevos platos, ponerte al día con tus series favoritas, leer montones de libros, salir casi todos los días con tus amigos, y un larguísimo etcétera. Y, en un breve pestañeo, miras el calendario y te das cuenta de la fecha. Finales de Agosto, ya queda menos para empezar otra vez... ¿Dónde han quedado todos esos planes? Siguen ahí, en tu cabeza, y ahí se quedarán hasta el próximo Junio, cuando el calor vuelva al acecho.

¿Mi verano? No está siendo muy diferente a lo que he descrito. Excepto por un ligero detalle: yo lo empecé sabiendo cómo lo iba a terminar. Lo empecé sabiendo cómo iba a pasar un gran número de tardes: encerrado en casa y frente al ordenador, con música puesta y aislado de la sociedad, con un calor que es agobiante y con ganas de que termine lo más rápido posible. Últimamente no estoy teniendo demasiada suerte en lo que a vida social se refiere. Sí, sigo saliendo los sábados, pero es lo que llevo haciendo todo el año. Buscaba algo diferente. Podría haber hecho algo diferente. Pero, ¿tenía a alguien con quien hacerlo? Creo que no. Ya sabes, esas películas americanas en las que un grupo de amigos se pasan el verano haciendo locuras y trastadas, una tras otra. Ya sabes, cuando son felices.

Con la mirada perdida, observo por la ventana y reflexiono. En ese momento, es cuando me doy cuenta de que algo va muy mal. La pregunta de siempre sigue ahí: ¿Cómo he llegado a esto? ¿Qué estoy haciendo? La respuesta es sencilla: nada. Y si sigo así, tampoco es que vaya a cambiar demasiado. Busco, busco y no encuentro. 'I need a hero', dice una canción. Quizá yo necesite eso, alguien que... ¿me salve? Puede que esté exagerando.

De todos modos, un verano con amigos es mucho mejor a un verano de los míos. Son, literalmente, tres meses de mi vida desperdiciados. Espero que el destino me tenga preparado algo para el próximo Junio. Si no es así, me encargaré personalmente de remediarlo.

V.

domingo, 16 de junio de 2013

Tardes de domingo.


Llevo alrededor de dos horas sentado en mi cuarto frente al monitor del ordenador de sobremesa, con el móvil al lado, haciéndo prácticamente nada. El móvil no suena, nadie habla. Leo y navego por internet, cual caminante a la deriva, sin rumbo.

Hay algo sobre lo que reflexiono desde hace varias semanas. ¿Os habéis parado a pensar alguna vez sobre las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida? Lo sé, soy muy joven y no debería pensar en ello, simplemente es un tema que da para pensar y debatir un rato bastante largo. Os recomiendo dos películas que tratan muy bien estos temas: "Las posibles vidas de Mr. Nobody" y "El efecto mariposa".

'En la calidad de mis decisiones está la arquitectura de mi propia vida.'

Decidir antes dos o más opciones. Opciones que posiblemente en ese preciso momento no las tengo en cuenta. Debo actuar rápido y, eso mismo hago, actúo sin pensar. No hay tiempo suficiente. ¿O sí? No estoy del todo seguro. En los momentos decisivos de nuestra vida, no solemos tener en cuenta lo que podrá pasar cuando realizamos ciertas acciones o decimos ciertas palabras. 'Actúa sin pensar en las consecuencias porque ni tú, ni yo, ni nadie sabe lo que puede pasar a continuación.' Dicen que cada vez que tomamos una decisión se genera un pequeño universo alternativo con la opción u opciones que no hemos tomado. ¿Sería mi vida diferente si en algún momento hubiese actuado de una forma distinta a la que hice? Pero, ¿para mejor o para peor? Son preguntas que me quitan el sueño muchas noches. No lo sé. Y tampoco tengo manera de averiguarlo. Con el paso del tiempo he llegado a arrepentirme de algunos hechos pasados. '¿Por qué lo hice?' Me pregunto. Habría condicionado todo de otra manera. Podría ser más feliz, podría conocer a otras personas, podría tener otros ideales, gustos, amigos, hábitos, aficiones... Todo podría ser completamente diferente a la actualidad. Aunque, de vuelta al presente, este es el modo de vida que he obtenido, y yo mismo me labraré mi futuro tomando mis propias decisiones

'Es muy probable que las mejores decisiones no sean fruto de una reflexión del cerebro sino del resultado de una emoción.'

Se nos van a presentar muchas opciones a lo largo de nuestra corta existencia, pero está en nosotros el qué camino escoger. Una vez lo tomes, síguelo hasta el final, reflexiona, actúa, lucha por conseguir lo que deseas. Pero cuando lo necesites, tómate tu tiempo piensa sobre lo que quieres y lo que harás por ello. Tu vida puede cambiar en un momento. Mas tampoco te demores demasiado, pues puede que cuando hayas elegido lo que quieres hacer sea demasiado tarde para llevarlo a cabo. ¿Un consejo? Disfruta del momento.

'Jamás dejes que las dudas paralicen tus acciones. Toma siempre todas las decisiones que necesites tomar, incluso sin tener la seguridad o certeza de que estás decidiendo correctamente.'

V.

viernes, 19 de abril de 2013

Desde dentro.

Esto es algo que escribí hace unos días y que quizá debería compartir con vosotros.

"Tranquilos, que ya sé que no me echabais de menos.
Escribo. Escribo porque lo necesito y porque la escritura me necesita a mí. Últimamente he dejado de ser yo mismo. Supongo que no es más que una mera etapa de eso a lo que llaman adolescencia. Nada me salía bien, todos los pequeños destellos de luz que podía haber se apagaban poco a poco. ¿Sabéis qué es lo más irónico de todo? Que yo veía cómo mi vida se derrumbaba y lo único que hacía era quejarme. ¿Por qué? Porque soy humano, chicos. Todos, absolutamente todos, tenemos nuestros momentos de grandeza y de flaqueza. Una persona puede ir acumulando daños, puede sufrir en silencio, puede no querer preocupar al resto de gente que le conoce. Pero, realmente, lo único que consigue actuando de esa manera es autolesionarse, pues todo el cúmulo de negatividad, sin querer, acaba por derrumbar el muro que poco a poco queremos construir. Pero, ajeno a todo esto, mi problema viene de antes. Mi problema viene cuando yo soy mi propio problema. Sí, yo. Un chico que él mismo se genera sus problemas, y con eso me refiero a que lo que busco, de algún modo u otro, es que cuando empeoro o creo una mala situación por haberme ido de la lengua o haber dicho lo que pienso, intento refugiarme haciéndome la víctima buscando así la comprensión y el perdón de esas personas. Pero decidme: ¿acaso todo ser humano no necesita notar, recibir y saber que tiene el cariño, la amistad y el amor de otras personas? Yo creo que sí. Todos y cada uno de nosotros necesitamos sentirnos queridos y apreciados por alguien. Desgraciadamente, existen personas que son muy exigentes, pues aunque otros te digan lo que en realidad es, que son tus amigos, que te quieren, tú no creerás sus palabras hasta que veas sus actos, quieres de verdad te lo demuestren y, por si fuera poco, tú no te das cuenta de que no haces eso mismo que estás pidiendo. Aquí esta otro de mis fallos. He llegado a un punto en el que no sé valorar eso, pues ya he tenido demasiadas palabras vacías en la vida, y, por favor, no más.

El jueves día 28 de Marzo desaparecí completamente, o eso intenté, de toda red social y contacto no físico-visual con cualquier persona. Como un cobarde, dejé toda mi vida aparcada, con los problemas que acababa de causar y me alejé de las discusiones, los malos ratos, el dolor y el sufrimiento. Sufrimiento, porque fastidié algo sagrado: una amistad. O dos. O tres. La cosa es que fue por lo que ya he mencionado arriba. Desaparecí porque intentaba hacerme la víctima de nuevo. No estoy del todo seguro, aunque tengo la ligera sensación de que hice lo correcto. Necesitaba tiempo para apartarme de la sociedad en sí, necesitaba tiempo para hacer una autovaloración personal y hacer una reflexión sobre mi vida, qué estaba haciendo bien y qué estaba haciendo mal. Eliminé WhatsApp, Twitter, no entro a Facebook… ¿He llegado a alguna conclusión? No del todo.

“Estas dos semanas… han sido muy duras para mí, aprendiendo a confiar en la gente… a no romper esa confianza: ‘¡déjame ayudarte, dime en qué estás pensando!’ ‘Si te abandonas a ti mismo, abandonarás al mundo.’ ‘Tú ya no eres más mi compañero tío, tú eres… ¡mi amigo!’.”

Algo sí he decidido. A veces, me viene a la memoria el esbozo de un chico que no veo desde hace un par de años. Era joven, un poco infantil, se pasaba el día en casa jugando a la consola, no tenía muchos amigos, y le era demasiado difícil hablar con una chica. Pero él era risueño, siempre intentaba alegrar a las personas fuera como fuese, muchas veces acababa soltando alguna chorrada para hacer reír al prójimo, siempre veía el paso de la vida como algo positivo. ¿A quién no le gustaría tomar su ejemplo? Personalmente, yo quiero ser como él. Toda persona con sentimientos tiene sus buenas y sus malas rachas. Me parece que ya va siendo hora de que las malas terminen y deje paso a lo bueno que está por venir… ¿o no? Se aproxima una época de cambios en mi vida. Quizá no esté del todo preparado, pero es lo que necesito. Es momento de hacerle frente a los problemas y decir: ‘¡Eh! ¡Estoy aquí! ¡Vamos, venid a por mí, que acabaré con todos vosotros!’ Pero tampoco quiero cambiar mi manera de ser. ¿Me estoy explicando? Quiero y no. O sólo una parte. Procuraré conservar todo lo bueno, si es cierto que tengo algo. No se me da demasiado bien explicarlo.

Saber por qué he acabado decidiendo esto es un tanto complicado, o quizá la cosa más simple del mundo. Estoy seguro de que muchos hablarán mal de mí a mis espaldas, que se reirán de mí, que me criticarán y que esperarán que me afecte lo que hagan. Y lo hará. Y tendré malos ratos, me costará enfrentarme a ello y hacerme a la idea, pues lo quiera o no, me derrumbo a la mínima y toda esta basura de tema me cuesta mucho sacarla adelante. Como también es cierto que en persona soy mucho más cerrado que cuando chateo a través de una pantalla. Sinceramente, siempre me había gustado el rollo oscuro e interesante aunque no pegase conmigo. Pero también es verdad que estoy en una etapa en la que si no disfruto de la, aunque poca, libertad que tengo, si no me marco unos objetivos e intento conseguir lo que me propongo, habré fracasado en la vida. No quiero dejar de perderme los buenos momentos, pues también los hay. Que para unas situaciones uso la cabeza antes que el corazón, pero para otras es todo lo contrario. Y es que cuando debería utilizar una hago uso del otro. Estoy en una etapa en la que debo caer y volver a levantarme, incluso los más sabios tienen errores y aprenden de ellos. Estoy en una etapa en la que nada es verdad y todo está permitido. Estoy en una etapa de inicio en la vida real.

Es aquí donde me paro. Hoy dejo este escrito, conforme he tecleado cada una de las letras, me he intentado mentalizar de todo lo que me viene encima cuando pulse el botón de ‘twittear’… ojalá sea leve. No voy a dejar de sentirme solo. No voy a dejar de esperar actos que demuestren esas palabras que puedo escuchar o leer. Pero voy a dejar de construir una torre con los materiales equivocados. Hoy dejo este escrito que dentro de unos días retomaré, haré reflexión, y sabré si realmente lo estoy haciendo bien.

‘+Entonces, ¿qué camino escogerás? ¿El de la luz? ¿O prefieres la oscuridad? –El del medio. +¿El camino del crepúsculo al anochecer? –El camino de la noche hacia el amanecer.’"


V.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Carta de reflexión.

Unos van y otros vienen, y la fugacidad con la que esto sucede es impresionante. A lo largo de nuestra vida cruzamos más de un millón de miradas con gente totalmente desconocida, y, cada una, con su propia historia que contar.

Pero esta no voy a ser otro sinó yo mismo el que va a intentar narrar, o resumir, todo lo que está pasando por su cabeza ahora mismo. Ya no procuro que sea una entrada buena o mala, que guste o no guste, únicamente necesito desahogarme. ¿Sabéis? La música que le puse a este blog es de lo que mejor funciona cuando uno quiere relajarse, reflexionar y escribir.

Hace ya 50 días que dejamos atrás el año 2012. Querría haber hablado sobre ello antes... pero yo soy especial. Sinceramente, a mí se me hizo corto, muy corto, 2012. Si cierro los ojos, todavía recuerdo como si ayer fuera 17 de Febrero del año pasado. Fechas como esa no las olvidaré. ¿Por qué? Por Hachi. Ese acontecimiento fue lo que más me hizo cambiar a lo largo de todo el año. Descubrí un mundo totalmente nuevo para mí... en el cual era demasiado inexperto, y en el todavía me queda mucho por aprender. Demasiados recuerdos y sensaciones acumuladas, que en su momento explicaré. Pero si más no, quiero GRITARLE al mundo y darle las gracias a toda esa serie de acontecimientos que me hicieron crecer como persona, tanto en lo bueno como en lo malo. Hachiko, si no te hubiera conocido, ahora mismo no estaría escribiendo estas palabras. Gracias.

Pero el año no acabó ahí, más bien sólo estaba empezando. Que por Mayo, era por Mayo, cuando sin que ninguno de los dos lo pensaramos, apareció L. Gracias a L conseguí olvidar todo lo malo sucedido anteriormente, a partir de ese momento todo iría viento en popa. Y así fue. Gracias a L pude aprender a descifrar la verdad del interior de las personas con tan solo sus palabras, me hizo crecer aún más. Creo que te he dicho todo lo que te tenía que decir, y desde aquí, si estás leyendo esto, sólo puedo darte las gracias.

Aunque mi año fue algo más que dos personas. Viajé a Mallorca con mi clase, de fin de curso, viaje el cual será bastante difícil de olvidar. ¿Una de las razones? Allí pude ver y pasar una tarde con Sophie. Aunque parezca que no, le tengo demasiado aprecio. Fue, si no la primera, de las primeras personas con las que hablé y conocí en twitter. Y después de más de año y medio, aquí seguimos, Soft.

Hubo cambios, muchos cambios. Tras muchas guerras y debates, finalmente conseguí quedar con un grupo de amigos para ir a Barcelona a pasar la tarde. Primero vino la quedada dickstroyers, épica cuanto menos. Aunque el mejor plato fue el que vino después. Asistí a mi primera quedada twittera.

FRAN, MARÍA, ESTHER, MARTA, JESÚS, PAT, XANTAL, ANAÏS, MARÍA, CLAUDIA, CARLA, NAT. Y VOSOTROS, LOS TWITTEROS Y LOS BARNATWITTEROS. Gracias por haber compartido algún momento de vuestro año conmigo.

Y sin duda alguna, no podría resumir todo un año en sí en una sola entrada de un cutreblog, todo lo que puedo poner por aquí, es que, a final de este año, me he dado cuenta de que he cambiado, he crecido.

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Cuando un grupo de amigos se reúne una tarde cualquiera, nunca sabes lo que va a pasar, pero sabes que lo vas a pasar con ellos, y, por lo tanto, feliz.

Ahora es el turno de hablar de las quedadas twitteras. Es gracioso, porque llevo desde el 26 de Junio de 2011 en twitter y hasta Septiembre del año pasado no sabía nada de ellas. Parece ser, que cuando yo llegué el grupo ya estaba formado. Al principio iba con miedo. ¿Caería bien? ¿No caería bien? ¿Encajaría? ¿Cómo sería el resto de gente que iba a ir? Mi cabeza era un mar de dudas. Tuve suerte, pues iba con un amigo y él se encargó de... digamos que me orientó, de alguna forma. Llegamos tarde, como de costumbre. Había mogollón de gente... me imaginaba un grupito numeroso, pero no aquello. Podría contar... ¿unas 50 personas? Todos parecían buena gente.

Me quedé detrás de mi amigo, mientras él saludaba a todos los que conocía, yo intentaba presentarme, al menos. Una vez etuvimos todos, nos guiaron hasta la plaza del MACBA, que pareció ser el lugar donde se reunían todas las tardes. Una vez allí, cada uno se quedó junto a la gente con la que mejor se llevaba. ¿Yo? Al principio no sabía qué hacer. No conocía nadie, y como ya sabréis, soy demasiado tímido e inseguro. Pero en ese momento, aparecio Nat. Era la única a la que conocía desde antes de ir a una quedada, y se encargó personalmente de presentarme a las 50 personas, una a una. Gracias a ella, pude entablar conversación con un pequeño grupito que estaba en pie: Kazu, Eli y Nata. Fue con los que más hablé en toda la tarde. 
Llegaron las 8 y media, y me tuve que volver a casa. Había pasado una de las mejores tardes de verano. Desde ese mismo día, decidí que Macba sería mi pequeño trocito de paraíso.

Y así ha sido hasta la fecha. Aún con sus altos y sus bajos, unas mejores que otras, las quedadas son el único lugar en el que me encuentro a gusto. La mayoría del tiempo todo son risas, bromas y alegrías. Conforme pasan las semanas, voy conociendo a más gente. Ahora soy uno de los integrantes del grupo. Y me encanta invitar a los nuevos a que vengan, a que se dejen la vergüenza y la timidez en casa, y se acerquen a conocer a las mejores personas que hay por tierras catalanas.

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Pero no todo siempre es de color de rosa, como dicen. Últimamente pocas cosas funcionan como a mí me gustaría. Los estudios no van bien. El sentimiento de compañía no va bien. Las chicas no van bien. Las relaciones entre personas en las quedadas no van bien. 


En este momento de mi vida es cuando me pregunto: ¿Para qué he venido aquí?
Si no puedo ayudar a las personas que me importan, si no soy lo suficientemente inteligente, si me siento completamente solo cuando más necesito a alguien a mi lado... ¿Por qué estoy aquí?

No lo sé. Muchas veces pienso en cómo sería la vida de las personas que conozco si yo desapareciese o no hubiese venido nunca. ¿Seguiría igual? Son preguntas sin respuesta.

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¿Que qué le pido a este 2013? Sencillo: que todo a mi alrededor vaya mejor que en 2012 pero peor que en 2014. Que, por una vez, las cosas funcionen bien. A este 2013 le pido ser feliz.

V.